Me llega su olor, su gusto, su tacto. Pero él solo me mira. Me mira a mí y eso me hace sentir única, sentirme especial. Rebusca hasta el más sutil rincón de mi ser, hasta la más olvidada de mis memorias
Me pone los nervios a flor de piel, me estremece, me hace vibrar...
Y de repente deja de mirarme, y se va el calor y la fragancia. Me siento fría, sola, vulnerable, sin su mirada. Y solo deseo una cosa.
Que me mire. Que me mire de nuevo. Que me mire siempre, que sus lazos lleguen a mi, que me aprisionen. No escaparé. No mientras me mire.
Ésta es de las entradas que más me gustan :) Genial como escribes...
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