El tiempo se desliza perezosamente, tanto que a veces pienso que voy hacia atrás. A veces incluso me gustaría ir hacia atrás, ir a cuando no veía maldad en la gente, cuando la mayor de mis preocupaciones me parece una minucia. Cuando aún tenía sueños, cuando estabas tan enamorado de mi que te trababas al hablar y cada beso te encendía las mejillas. Volver a cuando todo estaba en su lugar, y no había traiciones ni viajes ni sueños destrozados.
Pero por muy lento que vaya el tiempo, va hacia delante.
Siempre hacia delante.
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