"Cuando te vi... sentí algo por dentro. Como si cayera, como la caída libre de una atracción."
Me dijeron eso, no hace mucho. No importa quién, ni dónde. Ni siquiera había amor mezclado en el asunto. El caso es que a todos nos gustaría ser la caída libre de una atracción para alguien. Y todos, al menos eso creo, tenemos a alguien que cuando lo vemos nos hace sentir esa sensación, justo en la boca del estómago, de que estamos cayendo, como cuando nos elevamos en una montaña rusa para caer después.
Es curioso como necesitamos sentirnos necesarios para alguien. Parece que si alguien nos necesita, entonces nuestra existencia está justificada. Vivimos, respiramos, sentimos... porque alguien necesita vernos y sentirse así, sin aliento.
No siempre es una buena sensación, realmente, sobre todo cuando esa persona ni siquiera es consciente de ese sentimiento. Cuando no puede verte caer al vacío sin moverte del sitio cada vez que vuestras miradas se cruzan.
Pero cuando es mutuo... es mágico. Porque al mismo tiempo que caéis, os aferráis el uno al otro para sobrevivir, y sobrevivís, porque el amor puede salvarte incluso de eso.
El problema está en que esa sensación desaparezca con el tiempo. Porque, mientras exista para ambos, es como si nos hubiéramos salvado para siempre. Yo sigo sintiéndola, desde luego.
¿La sientes tú?
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