Me doy cuenta de que no había probado bocado demasiado tarde. El pescado está frío sobre mi plato, pero me obligo a comerme un bocado tras otro. ¿Que me ocurre? Tengo el estómago cerrado. Había sido un día lluvioso y el frío me había calado hasta los huesos.
"Que forma tal sutil tienes de escapar de mis lamentos" intento decirte, pero te has ido, así que lo hago una bola espesa y fea y me lo trago. Al menos hace algo de peso en mi estómago. Me pregunto si aún nos queda tiempo, pero no.
Era demasiado tarde, hasta para tener sueño(s).
No hago vida en el presente y todo me recuerda a ti.
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