Si vas a irte, llévate tu olor. Que me duele.
Si vas a irte, llévate los recuerdos de un hermoso fin de semana en medio de esta locura de trabajo y estrés. Si vas a irte, llévate tus cosas, y las fotos, y tu luz. Esa luz que me has dejado por todo el piso.
Si vas a irte, llévate tu hueco de la cama, que ahora es grande y fría y solo pregunta por ti. Si vas a irte, llévate de su repisa el cepillo de dientes, porque sin ti no tiene otra función que la de sentirse solo y sentirme sola.
Si vas a irte, llévate tus caricias, que mira como me has dejado el pelo, y la piel, y el alma. Llena de surcos. Llena de "te quiero"s que se han quedado suspendidos en el aire, sin su pista de aterrizaje favorita.
Si vas a irte, vete, vete del todo. Pero mejor no.
Mejor, quédate.
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