miércoles, 12 de octubre de 2011

Hay gente a la que le da miedo hacer cosas nuevas, ya sabéis, salir de la rutina, irse de su casa y lanzarse a lo desconocido. Tengo que reconocer que tengo muchos defectos, pero ese, por suerte, no es uno de ellos.
Cuando era niña me encanta dormir fuera de mi casa, irme de campamentos y conocer gente nueva, muy contrariamente a mis hermanos.
Ahora estudio en una ciudad distinta a en la que me crié, y aunque sigo dependiendo de mis padres, estoy dentro de ese grupo de estudiantes a los que no les importó coger la maleta e irse de su casa para seguir sus sueños.
Tampoco me importó irme a Frankfurt a convivir con checos, islandeses y polacos, ni me importó irme de viaje a Suiza con solo una mochila a la espalda. El año que viene, si todo sale bien, me mudaré una temporada a Holanda.
En el mundo en el que vivimos es necesario no tener miedo a moverse, a probar cosas nuevas, a salir de vez en cuando de lo establecido y de lo que estamos acostumbrados.
No hace falta irte del país para darte cuenta de la cantidad de cosas que puedes estar perdiéndote.

lunes, 3 de octubre de 2011

Soñar.


Creo que tener sueños fácil, quiero decir, todo el mundo los tiene. Todo el mundo tiene sueños y aspiraciones, y quien dice que no, lo que no tiene es valor de ponerse a averiguar cuales son los suyos.
Yo sueño, como todo el mundo. Sueño con viajar, con escribir, con ser alguien algún día. Con llegar a estar orgullosa del trabajo realizado, con poder llegar al corazón de las personas a través de los libros. Sueño con no estar nunca sola y ser siempre feliz, al menos la mayor parte del tiempo.
Comienza un nuevo curso, y se hacen buenos propósitos. Como si de fin de año se tratara. Y si algo significa crecer para mí, es tener presentes los sueños y alcanzarlos.

Ha llegado el momento de empezar a vivir.


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