
Habían sido seis meses, seis meses y tres días de los que estoy hablando a cada momento y saco en cada conversación, a pesar de que en mi mente hay una vocecita insistente que me recuerda que estoy siendo pesada. Mis frases comienzan a menudo con "En Italia..." "En Bolzano..." "En Reusch...". Supongo que tengo que seguir adelante, interiorizar las experiencias que he ido acumulando y seguir. No voy a decir que me he quedado estancada, pero reconozco que a menudo se me hace raro pensar en estos seis meses.
Siento que puse mi vida en pausa, dejándolo todo (aunque en realidad no sea cierto) y yéndome a aquel lugar. Y de repente ¡pluf! se acabó el break, se acabó el sueño, vuelta a la vida anterior, justo donde la había dejado, lista para continuar como si nada hubiera pasado.
Pero pasaron muchas cosas. Cosas que supongo esperaba y otras que nunca hubiera imaginado, que me hicieron comprender cómo soy realmente, cómo reacciono ante las experiencias que alguna vez había imaginado pero a las que nunca me había enfrentado. Así que sí, supongo que es cierto eso de que tienes que irte para encontrarte. A pesar de sonar a axioma trillado de libro de autoayuda, tengo que reconocer humildemente que es totalmente cierto.
Pero no quiero recrearme en estos seis meses, en lo que fue o en lo que pudo haber sido. Debo reflexionar, sacar lo mejor de esta experiencia que se me ha brindado y utilizarlo para seguir adelante con mi vida de la mejor forma posible.
Lo mejor, como siempre, aún está por llegar.