miércoles, 4 de mayo de 2011

Bombillas.


Bien. Brillemos.

No es que no queramos brillar. Yo, por ejemplo, soy una especia de bombilla de bajo consumo en una despensa. Al principio no se nota, va ganando intensidad con el paso del tiempo. Pero por poco tiempo. Luego se apaga (Es una despensa, hemos dicho)

Luego están las bombillas de alto consumo, sumamente brillantes, de luz blanca, solo con una abarcas toda la habitación (De estas habitaciones oscuras que hay que alumbrar ya a las siete de la tarde).

Pero, al contrario que en la vida real, que se recomiendan bombillas amarillas de bajo consumo. para iluminar un escenario necesitas, pongamos, una, dos , tres o incluso cuatro bombillas blancas y brillantes. Y bueno... ya sabemos lo que pasa después.

2 comentarios:

  1. Creo que al final me he perdido. Lo único que sé es que el primer párrafo tiene relación con otras entradas que he leído de ti no se si aquí o urgando en tu antiguo blog jajaja

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja, has acertado, he encontrado esta entrada entre los borradores del blog antiguo. Chico, en los escenarios te dicen que tienes que "brillar", y no todos lo hacemos de la misma manera. Por eso, unos destacan y otros no. It's easy! ;)

    ResponderEliminar

Datos personales